El sentido del olfato tiene una enorme importancia, pero bien sabemos que estamos inmersos en una cultura principalmente audiovisual en la que la sociedad y la escuela le dan un lugar muy pequeño y reservado a este, ya que nos limitamos a esconder nuestros olores y a rechazar los de los demás, debido a que en los últimos tiempos la publicidad y los medios de comunicación ofrecen un sinnúmero de productos que supuestamente huelen mejor y se niega la posibilidad de relacionarnos con los demás de otra manera y hasta de conocernos y reconocernos como seres únicos y diferentes unos de otros desde la perspectiva del olor, pues si recordáramos, cuando éramos pequeños, más específicamente recién nacidos, nos relacionábamos con nuestra madre, nuestro padre, nuestros familiares o personas cercanas y hasta con el propio entorno por medio del olfato, o ¿acaso no se ha visto la emoción de un bebé cuando llega su madre sin verla aun?, o ¿el llanto del mismo cuando está en otra casa o en otra habitación?, además de esto no podemos negar que los olores tienen una capacidad de despertar recuerdos agradables como desagradables, nos llevan a épocas pasadas, lugares recorridos y a momentos inolvidables, también nos advierten de peligros, como un incendio o una comida en mal estado, siendo esto necesario para nuestra supervivencia.
El olfato está íntimamente ligado al sistema límbico del cerebro, que es el que regula nuestras emociones, la motivación y determinados tipos de memoria; esta conexión es la que determina que diferentes estímulos olorosos puedan repercutir en el estado de ánimo, en el nivel de excitación y en las reacciones físicas de los seres humanos. (ODOTIPO Historia natural del olfato y su función en la identidad de marca, Universidad Austral, 2005)
El olfato nos permite percibir todos los olores que existen a nuestro alrededor, por ello es un sentido que nos permite comunicarnos con nuestro ambiente y a la vez con las demás personas, pues es un órgano receptor de estímulos.
Este sentido es muy útil para todas las personas, pero a algunos les ayuda muchísimos más que a otros, en las actividades que realizan si hablamos de profesiones, como los perfumistas, cocineros, médicos, catadores, entre otros.
El olfato es un crucial componente en la definición y orientación del ambiente, cuerpo y ciudad. Los lugares tienen características individuales por los olores que los particulariza y los hace inolvidables. Consecuentemente, descubrir el mundo a través de los olores, es descubrir más acerca de nosotros mismos y el potencial de interactuar con el entorno. (Fernando Gutiérrez, 2012: http://www.palabrasmalditas.net/portada/infierno/918-sentido-espacial/1028-otro-sentido-la-percepcion-de-la-ciudad.html).
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